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martes, 25 de noviembre de 2008

COMENTARIOS SOBRE EL HECHO DIFERENCIAL Y APEC PERU





COMENTARIOS SOBRE “EL HECHO DIFERENCIAL I” Y “EL HECHO DIFERENCIAL II” PUBLICADOS POR EL DIRECTOR DEL DIARIO EL CORREO: ALDO MARIATEGUI

El filósofo y ensayista Enrique Lynch analiza el concepto de la identidad y denuncia la pretensión nacionalista de convertir el “hecho diferencial catalán” en una verdad incontrovertible. Todos conocemos que desde los comienzos del modelo Estado-nación, allí donde se proclama una nación, esa nación “sólo puede ser soberana”. Sin embargo, que hay excepciones, como Puerto Rico, lógicamente que los especialistas catalanes les complazca pensar en Cataluña, como el Puerto Rico de la Península Ibérica. En el supuesto de aprobarse el Estatuto, el “hecho diferencial” quedará como “diferencia de hecho”, y es irrelevante que más tarde esa diferencia se sancione de iure con una filigrana constitucional o con la puesta en circulación de un nuevo eufemismo, como puede ser llamar a España “nación de naciones”
Lynch agrega que cuando se reclama la condición de nación se hace acto de afirmación de soberanía, lo cual puede que sea incongruente con el actual modelo unitario de España, pero es perfectamente coherente con el tipo de autogobierno que se diseña en el proyecto de Estatuto.


Sólo una nación independiente puede investir a sus representantes de los poderes que se les atribuye en el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña. Existe una campaña obsesiva de autoafirmación identitaria en todos los ámbitos de la vida social catalana, pública y privada, y en todos los tonos de la escala ideológica, que lleva un cuarto de siglo de iniciado y no parece que vaya a terminar nunca.


El folclore, la lengua y la historia conforman un repertorio de diferencias tanto como de semejanza, como demuestra en otro contexto el uso que se ha dado a la noción de “Hispanoamérica” y a la idea de “hispanidad”, y no justifican la voluntad de una comunidad de sostener su diferencia. Tal vez, sean usadas para encubrir el llamado “hecho diferencial” tiene una incontrovertible intención política y de segregación.

Si visitas Cataluña, puedes encontrarte con el típico fanático irracional, o con el que piensa que todo este lío es un disparate que más vale tomarse a risa. Pero definitivamente si hay un “hecho diferencial catalán” entonces es la expresión de un sentimiento común que unas veces es consciente y otras inconscientes, pero que siempre se manifiesta por ese disgusto que causa al catalán ser confundido con un español.


El catalán que se autodefine según la pauta identitaria se comporta como un “español que no quiere serlo”, y que siempre buscará y encontrará cualquier argumento (histórico, religioso, jurídico, étnico, idiosincrásico, literario, genérico, etc. ) para demostrar que no es y no ha sido español, ni aceptará que en el futuro se le confunda con el resto de los españoles.


¿Puede afirmarse un "hecho diferencial" a partir de un sentimiento negativo e intransigente expresado en un recurrente y obcecado "no quiero ser español"? Todo depende de cómo lo enfoquemos. Una parte del argumento se sostiene en la vieja admonición de Spinoza: Omnis determinatio est negatio, sólo que en el caso del "hecho diferencial catalán" se aplica al revés.


Primero se niega y después se afirma algo, y otros se ampara en el manoseado concepto de identidad. Por ello al recurrir al DRAE se encuentra la siguiente definición: “Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”. En una segunda acepción, sugiere que se trata de la “conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás” Esta definición convalida los argumentos catalanistas con un típico razonamiento circular: ¿Qué es identidad? Los rasgos que me caracterizan frente a los demás, pero como estos rasgos me son dictados por la conciencia de mí mismo, mi autoconciencia es mi diferencia respecto de los demás.


El Webster brinda dos acepciones, una sociológica: “La condición de ser lo mismo que algo descrito o afirmado, o de poseer un carácter explícito como, por ejemplo establecer la identidad de bienes robados”, y otra filosófica, mucho más precisa y sugestiva: “Identidad: el conjunto de las características por las que una cosa es definitivamente reconocible o conocida. La cualidad o condición de ser lo mismo como algo diferente”.


Que, las nociones anglosajonas e hispánicas sobre la identidad, son absolutamente incompatibles con relación a un aspecto esencial del significado del concepto.

Mientras que los anglosajones procuran dar a la noción un criterio de objetividad efectiva en la que los rasgos identitarios se verifican por el reconocimiento ajeno; los hispánicos, le conceden un enfoque romántico.


No basta que uno se sienta diferente sino que además es preciso que el otro me reconozca como tal. Estaré en mi derecho de reivindicar una identidad individual, nacional, étnica, religiosa, de género o lo que sea, cuando esa identidad me haya sido reconocida por el otro, cuya opinión, por lo tanto, servirá como garantía de que mi proclamada diferencia específica no es el producto de algún delirio.


Finaliza Lynch, señalando que las naciones se crearon en Europa para dar nuevos lazos de cohesión social a las masas desarraigadas por el desplome del ancien régime. Hoy en día se defienden para realizar exactamente lo contrario, lo que convierte a los nacionalistas en los peores enemigos de la humanidad. Ninguna aberración jurídica, como la que se intenta poner en marcha en España, podrá desmentir esto ni, por otra parte, conseguirá ponernos a salvo de sus consecuencias.


Indudablemente el foro de APEC nos ha servido para enfatizar el hecho diferencial, tal como lo propuso Aldo Mariátegui, porque somos uno de los pocos países que sigue creciendo a pesar de la crisis financiera internacional, y que a pesar que Perú es una nación mediana latinoamericana donde el capital disponible para inversión puede tener un retorno muy interesante durante año próximo. Analizando el panorama sudamericano, nos encontramos que Chile ya comienza su campaña electoral el 2009, mientras que en Colombia el mandato del Presidente Uribe concluye el 2010; entonces podemos sortear con éxito la recesión de 2009 y tener una buena posición como recetores de inversiones.

Superada la crisis económica de los 80, con aquellos impuestos antitécnicos durante los gobiernos de Fujimori y Toledo; nos aproximamos a ser un país occidental normal y globalizado, que nos alejamos de ser una periférica Bolivia y aceleradamente nos acercamos Chile. Pero somos consciente, y que falta mucho por hacer, específicamente en la Sierra, donde aún subsiste la pobreza extrema, con alto riesgo de una agitación social, y con una mentalidad muy atrasada y que líderes oportunista y radicales se pueden aprovechar enarbolando bandera falsas del Tahuantinsuyo, o que surja un nuevo líder como reencarnación de los Incas e influenciados por radios con un probable aporte chavista.Es necesario que este gobierno se preocupe por una reforma profunda del Estado, porque no basta fusionar a determinados entes, y que gracias al TLC se actualizaron en algunos campos, pero en líneas generales debemos reconocer que somos como el reptil del orden de los quelonios.


La proyección de crecimiento del PBI para el 2009 bajó a 3%, mientras que el Merrill Lynch señala que Perú se expandirá 5,8% en el 2009, encontrándonos dentro de los diez países con menos probabilidades de sufrir una recesión. El riesgo es similar a la sólida China, lo cual significa un hecho mucha importancia, que el gobierno debe aprovechar la coyuntura. Que, podemos hacer frente a la megacrisis financiera mundial, y que sólo un error garrafal de las autoridades nos podría comprometer seriamente.



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